El Salón Internacional del Cómic de Barcelona ha abierto sus puertas con más espacio que nunca, 32.000 metros cuadrados, que permitirán a sus decenas de miles de visitantes disfrutar más cómodamente de la principal cita del sector en España, que este año tiene como eje temático el género bélico.
Figurantes de la reproducción en la trinchera en la batalla del Ebro se fotografían con visitantes disfrazados.
El año pasado visitaron el salón 106.000 personas, y en esta 32 edición la principal novedad logística es el traslado a los pabellones 1 y 2 de Fira de Barcelona, lo que permite que las zonas expositivas sean especialmente amplias.
El salón acogerá asimismo dos antológicas dedicadas a los 75 años de Batman, el popular superhéroe protector de Gotham City, y a Lobezno, que celebra sus cuarenta años de vida. En la imagen, unas visitantes disfrazadas en el exterior del Salón del Cómic.
El plato fuerte del salón es la exposición “Cómics en guerra”, con 550 originales de algunas de las mejores obras en viñeta dedicadas a este género en una muestra ideada de forma cronológica para abordar los conflictos que los tebeos han abordado desde casi el surgimiento de este soporte.
Tienda de muñecos, en el Salón del Cómic de Barcelona.
Durante la celebración del salón se darán a conocer los premios a las mejores obras y autores nacionales e internacionales que anualmente concede la organización de esta cita, la más importante del sector que se celebra en España y una de las más destacadas del continente.
En el apartado de exposiciones también se incluyen una dedicada a Popeye y las muestras de los ganadores de los premios de la pasada edición, una centrada en la creadora de “Esther y su mundo”, Purita Campos, ganadora del Gran Premio del Salón, y otra sobre Ardalén, de Miguelanxo Prado, premio a la mejor obra nacional del 2013.