En un año en el que la industria de cine no parece salir del hoyo, las películas españolas arrasan en taquilla. Esta contradicción ha sido puesta de relieve por los productores de cine en su comparecencia anual en el Festival de San Sebastián. En un momento en el que los presupuestos medios de las películas descienden a marchas forzadas –en 2009 un filme medio costaba unos 3,2 millones de euros, cantidad que ha bajado a 1,3 millones en 2014-, en que el dinero de TVE dedicado a la compra de derechos de antena ha caído casi un 40% con respecto a cuatro o cinco años atrás (ahora solo se destinan a esas adquisiciones 19 millones de euros), que el IVA del 21% arrasa a las empresas y las exenciones fiscales están muy lejos del porcentaje pactado entre el sector y el Gobierno (el 30% deseado se queda de momento en un 18%), el cine español vive el mejor año de su historia con una cuota de mercado que, hasta el pasado lunes, alcanzó el 23,6 % (en 2013 fue del 19,2%).
“El cine popular ha encontrado su público. Nos hemos quitado la etiqueta de españolada porque el hecho de que sea popular y comercial no está reñido con la calidad”, ha asegurado el presidente de la FAPAE, Ramón Colom. Se han puesto ejemplos como Ocho apellidos vascos, el filme que ha hecho renacer la esperanza en esa búsqueda de la industria con unos espectadores que les habían dado la espalda durante años. A la película dirigida por Emilio Martínez Lázaro, se añade la excelente taquilla que está consiguiendo El niño, de Daniel Monzón, y se está a la espera de los últimos títulos a estrenar antes de que finalice 2014 como la quinta entrega de Torrente, de Santiago Segura; Mortadelo y Filemón, dirigida por Javier Fesser; La isla mínima, de Alberto Rodríguez, o [REC] 4, de Jaume Balagueró. Con estos datos, los productores confían en rematar 2014 a una cuota de mercado del 25%, aunque el Ministerio de Cultura calcula que esta cifra pueda llegar casi hasta el 30%.
Colom se quejó mucho del incumplimiento del Gobierno de sus propias normas legislativas: “Las leyes están para cumplirse. Todas. Teníamos que haber cobrado las ayudas de 2012 destinadas a películas con la que con las que los productores empezaron a hacer gastos en 2010. Los retrasos hay que refinanciarlos, se multiplican las deudas. Ayer se publicó el Decreto que convoca las ayudas. El problema es que de los 38 / 39 millones que había que pagar, el Gobierno tenía previsto cero. Después del enorme esfuerzo, han aparecido 33,5 millones. Nos faltan seis, y no tenemos la garantía de que aparezcan. Eso es un problema: dudo mucho que un banco nos preste dinero si uno de los pilares se retira. Vivimos ahora una luna de miel con el Ministerio de Cultura, pero no tenemos resuelto todo el problema. Estamos cansados de reclamar todo el año el dinero que se nos debe. Nuestro trabajo es avanzar, apuntalar el sistema nuevo, no estar todo el rato pendientes del pasado, y que esa financiación llegue antes por adelantado, porque queda claro que el Ministerio de Hacienda tiene problemas a pagar las deudas de tres años antes”, aseguró el presidente de FAPAE. “La semana que viene empieza la negociación para ver cómo compaginamos los dos sistemas, el viejo y el nuevo”, anunció y señaló que en esta transición, y para las ayudas de 2012, 2013 y 2014, se necesitan “100 millones”, que para él no son tantos, y que incluyen esos 33,5 millones.
Ha sido la política de TVE la que ha concitado las mayores críticas de los productores. Colom calificó de “indecente e inmoral” la situación a la que ha llevado el gobierno de Mariano Rajoy a las cadenas de televisión públicas. “Hay que rectificar de inmediato esta política porque no se puede tener en la ruina a unas empresas que son patrimonio de todos los ciudadanos” exigió el presidente de la confederación FAPAE (Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España). Colom comparó esta situación ruinosa de TVE con las de las televisiones privadas, que están detrás de los títulos de mayor éxito en nuestro país. “Es muy correcto que se haga un cine comercial enfocado a obtener beneficios económicos, como hacen las cadenas privadas, pero no se puede abandonar este tipo de cine más de autor, de nuevos directores y más arriesgado, que es al que debe apoyar un organismo público como TVE”, ha advertido Joxé Portela, vicepresidente de FAPAE. En este sentido, confesaron su preocupación por la fusión de los canales de Teledeporte y La 2, ya que con esta decisión el espacio para la programación cultural se reducirá drásticamente. “Los programas culturales ya venían lastrados desde la canallada de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega que permitió los patrocinios en las retransmisiones deportivas y los prohibió para los espacios culturales”, añadió Colom.
Sobre la propuesta de un Congreso de Cine para celebrar el próximo año y cuyo manifiesto se leerá en San Sebastián el próximo sábado, los directivos de la FAPAE mostraron un claro escepticismo. No quisieron torpedearlo de manera directa pero el caso es que fue una especie de jarro de agua fría. “Lo apoyaríamos si supiéramos lo que va a contar el manifiesto. Es un poco absurdo celebrar un congreso cuando las entidades que trabajamos dentro de la industria de cine español no nos hablamos normalmente, en donde no existe una relación continuada. Proponemos una plataforma en donde estén todos los sectores que ya estamos incorporados al sistema”, ha apuntado Colom.