Un país que tiene al 25% de su población activa parada, cuya deuda pública se acerca peligrosamente al 100% de su PIB y que carece de alternativa a la construcción para crecer con fuerza es el que ha dado la única sorpresa positiva en las previsiones económicas para zona euro. España, que hace un par de años era firme candidato al rescate, es la única economía europea que ha visto mejoradas sus expectativas de crecimiento respecto al pronóstico de julio en el informe de perspectivas globales presentado hoy por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La Asamblea Anual del FMI ha arrancado este martes en Washington cargada de páginas, hoja de cálculo y medidos discursos al milímetro para configurar un panorama lleno de incertidumbre. Los expertos que asesoran al Fondo, menos medidos, ven muchos más riesgos que hace un semestre. Nubes, incertidumbre y legados, esas son, ni más ni menos, las tres palabras que el organismo internacional ha escogido para titular el informe de este otoño, pero en España el panorama aparece más despejado. El PIB crecerá un 1,3% este año y un 1,7% en 2015, lo que en ambos casos supone una mejora de una décima respecto a los que se había calculado el pasado julio. El próximo año, según sus estimaciones, ninguna otra gran economía europea avanzará a ese ritmo.
“El crecimiento en España se ha mantenido, apoyado tanto en la demanda externa como en un mayor consumo doméstico, lo que refleja una mejora de las condiciones financieras y una mayor confianza”, señala el informe. El país ya ha completado sus primeros 12 meses en crecimiento y, si en la primera parte la reactivación vino dada por las exportaciones principalmente, en la segunda ha reforzado su papel el consumo gracias a la creación de empleo. El Gobierno ha llegado a pronosticar recientemente que en 2015 se crearán 348.200 empleos y la tasa de paro bajará del 24% y los técnicos del Fondo también prevén un desempleo del 23,5%, tres décimas menos que lo previsto en julio; frente al 24,6% de 2014 y el 26% con el que acabó 2013. Hay que fijarse en los números de la rescatada Grecia, que acumula siete años en recesión, para encontrar un dato -solo un poco- peor, del 23,8%.
Aun así, desde hace justo un año, cada nueva revisión de los pronósticos del Fondo se produce al alza para la cuarta economía de la zona euro, tras una dura travesía de dos recesiones, varias reformas y un duro proceso de devaluación interna. Los sobresaltos en la zona euro son tantos que la economía española ha pasado de estar en el centro de la diana a recibir los halagos continuos de los grandes organismos internacionales. Esto último llevó el mes pasado al primer ministro italiano, Mateo Renzi, a espetar: “Me dan ganas de reír cuando escucho decir que nuestro modelo debe ser España. Estimo al país y a su presidente, pero cuando me dicen que nuestro modelo debe ser el de un país que tiene el doble del desempleo me preocupo”.
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