La agencia de calificación de riesgos Standard & Poor’s (S&P) ha confirmado los rating de España un escalón por encima de los bonos basura (BBB- a largo plazo y A3 a corto plazo), pero ha revisado al alza la perspectiva del país, que pasa de negativa a estable. La agencia de calificación ve muy poco probable una mejora de la calificación, después de los múltiples recortes sufridos, pero el riesgo de caer en bono basura se aleja. “Vemos menos de un tercio de probabilidad de que el rating se mueva hacia arriba o hacia abajo durante los dos próximos años”, dice su informe.
S&P ve una mejora de la posición exterior de España y una recuperación “gradual” del crecimiento económico. Además, ha destacado que otros indicadores de la calidad crediticia del país se están estabilizando debido a las reformas estructurales y a las políticas de apoyo de la eurozona.
En cuanto al mantenimiento de las calificaciones de la deuda a largo y corto plazo de España, la agencia señala que éstos están limitados por los altos niveles de deuda externa, tanto del sector público como del privado; las perspectivas de crecimiento, que S&P considera “limitadas” para el periodo 2013-2016, y la falta de flexibilidad en determinados sectores de actividad, como el mercado de trabajo, que ve “todavía altamente segmentado”.
Aunque S&P ve poco probable un cambio de calificación en los próximos dos años, la agencia señala que podría mejorar la nota de la deuda española si el Gobierno sigue acometiendo reformas estructurales, si el déficit se reduce en mayor medida y la deuda del Estado se estabiliza, y si la posición exterior de España sigue mejorando o si se alivia marcadamente el coste de acceso a la financiación externa para el sector privado. En cambio, podría rebajar la calificación si juzga que el Gobierno no está implementando reformas estructurales adicionales, si las perspectivas de crecimiento económico se deterioran, si considera que hay probabilidades de que la deuda pública neta del Estado supere el 100% del PIB debido a desviaciones en los objetivos de déficit, a un crecimiento más débil, a posibles presiones deflacionarias, y a acontecimientos excepcionales que eleven la deuda, si la carga de intereses superara el 10% de los ingresos generales del Estado, si la balanza por cuenta corriente se debilita de nuevo o si vuelve la inestabilidad a la zona euro.
La agencia estima que el PIB real de España se contraerá alrededor de un 1,2% en 2013 para después recuperarse lentamente. En concreto, prevé un crecimiento real del PIB del 0,8% en 2014 (una décima por encima de las previsiones del Gobierno) y del 1,2% en 2015, principalmente gracias a la solidez de las exportaciones.
S&P calcula que el crecimiento medio anual del PIB real durante el periodo 2013-2016 rondará el 0,6%, en comparación con el 0,3% de su previsión anterior. La agencia advierte de que a medio y largo plazo, si no se toman medidas, el alto desempleo estructural y la atonía de la inversión, “agravadas por un perfil demográfico desfavorable”, pueden frenar el crecimiento potencial de la economía española.
La agencia espera que el superávit por cuenta corriente de España se sitúe en el 1,4% del PIB en 2013 y crezca hasta el 3% del PIB en 2015-2016, y subraya que si el superávit sigue creciendo en línea con sus proyecciones actuales, la posición deudora neta internacional de España (94% del PIB en 2012) podría descender por debajo del 80% del PIB en 2016.
S&P afirma que se podría producir una mejora aún más rápida en la posición exterior de España y una recuperación económica “más veloz” si el sector privado disfrutara de unos costes de financiación menos elevados. “Los mecanismos de transmisión de la política monetaria no están funcionando adecuadamente en España, a pesar de su reciente flexibilización por parte del BCE”, subraya.
La agencia ve “poco probable” que mejoren las condiciones de financiación para las pequeñas y medianas empresas en el corto plazo si no hay medidas adicionales de política monetaria específicamente dirigidas a ellas.
Al mismo tiempo, S&P considera que persiste el riesgo de crédito de la economía española, en parte debido al incremento de la morosidad. “Sin embargo, en este momento no esperamos que el Estado incurra en costes adicionales significativos vinculados a la recapitalización del sector financiero, más allá de aquellos financiados por el préstamo de 41.300 millones otorgado por el Mecanismo Europeo de Estabilidad”, matiza.
La agencia asegura que la recuperación actual no tiene un impacto “significativo” en el ritmo de consolidación presupuestaria, por lo que estima que el déficit público alcanzará el 6,5% del PIB en 2013 (sin incluir el coste de la recapitalización del sector de la banca, que se estima en alrededor de un 0,5% del PIB), superando ligeramente sus expectativas anteriores.
En esta línea, cree que el Estado llegará a cumplir en términos generales su objetivo de déficit presupuestario del 5,8% del PIB en 2014, “aunque posiblemente sólo después de algún esfuerzo fiscal adicional”, precisa.
En su opinión, la reducción del déficit presupuestario podría acelerarse en 2015 y 2016 en base a los planes anunciados por el gobierno, entre ellos, la reforma de la administración pública, y gracias a la recuperación económica. Sin embargo, alerta de “riesgos significativos” derivados de los desafíos socioeconómicos y de las próximas elecciones generales de 2015.
S&P ha dado a conocer sus previsiones sobre España despúes de que la agencia de calificación crediticia Moody’s señalara ayer que prevé que la economía española crezca “ligeramente” en 2014, aunque la recuperación se verá lastrada por la elevada deuda, el alto desempleo, la corrección del mercado inmobiliario y la escasez de crédito.
“La economía debería crecer más en los próximos trimestres, pero la elevada deuda, el alto desempleo, la corrección en marcha del mercado inmobiliario y la escasez de crédito alargarán la recuperación”, destaca Moody’s Analytics en un análisis del dato del PIB de España del tercer trimestre.