21
maio
2015

Para no pocos, Toledo es un distrito de Madrid. O viceversa… Muchos toledanos interesados por la cultura vienen a Madrid hasta tres veces a la semana, o más, a ver una exposición, oír un concierto, presenciar una obra de teatro y, en estos días, asistir a una corrida. En sentido contrario, no pocos madrileños, cuando hay algo cultural interesante, ¡además del propio Toledo!, en menos de una hora se presentan en la ciudad imperial.

Ocurrió el pasado año con El Greco, por su centenario. El balance anual del Observatorio de la Cultura lo dejó claro: los centros o convocatorias más frecuentados y valorados de España en 2014 fueron el Reina Sofía, el Prado y El Greco de Toledo, en ese orden. Sin duda, entre los miles de visitantes de El Greco hubo muchos madrileños, los más.

Ahora, al pairo del centenario de la edición de la segunda parte del Quijote, en el Museo de Santa Cruz, que cobijó El Greco, hay dos exposiciones formidables: La Moda Española en el Siglo de Oro y La España de los Austrias. Al cronista le fascina especialmente la primera, comisariada por Rafael García Serrano, que se exhibe del 26 de marzo al 14 de junio, y punto. Porque las más de 270 piezas que se presentan, en una puesta en escena excepcional del arquitecto Ginés Sánchez Hevia (responsable de la Armería del Palacio Real), volverán ¡ya! a sus paraderos, en el Louvre de París, los Uffizi de Florencia o el Livrustkammaren de Estocolmo.

La exposición recoge el periodo en el que Madrid fue centro de la moda, como luego París o Nueva York. Ha sido en el único momento de su historia en que España ha marcado tendencia y lo fue en aquel Madrid convertido en capital en 1561 por Felipe II. La expo recoge fielmente la circunstancia, que se corresponde con los años vividos por Cervantes (1547-1616) bajo los reinados del segundo y el tercer Felipe. Se rompe con la moda borgoñona de Carlos V y se impone el «vestir a la española» en gran parte de Europa y en toda la América hispana.

Y el gran logro será el tinte negro que se consiguió con una costosa mezcla de agalla y vitriolo verde. Es el lujo del negro, a más del decoro, lo que se establece. Y junto al negro del vestido, el blanco impoluto de la gorguera, que hacía levantar la cabeza a hombres y mujeres. Madrid era capital del mundo, y su moda, emblema de su auctoritas y su potestas. ¿Volverá esa capitalidad? Carmona dice soñar con ello. ¿Y Aguirre y los demás? La vida es sueño.

El Mundo

Postar um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *

*