08
nov
2013

La Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos “respeta la privacidad de los ciudadanos españoles y el debido marco legal”. Al menos así se lo ha asegurado esta mañana el embajador estadounidense en Madrid, James Costos, al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien le ha recibido durante algo más de media hora en el Palacio de Santa Cruz. El objetivo de la cita era trasladar al jefe de la diplomacia española las explicaciones que el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo, reclamó a Costos el pasado día 28, después de que EL PAÍS revelara las prácticas de espionaje masivo de la NSA en España.

Fuentes diplomáticas indicaron que la entrevista se desarrolló en un clima “cordial”, pero no quisieron pronunciarse sobre si el Gobierno español se daba por satisfecho con las explicaciones recibidas o las considera insuficientes. En todo caso, quedan temas pendientes, pues Margallo y Costos acordaron que la relación entre los servicios de inteligencia de los dos países sea “la vía para resolver las cuestiones que queden abiertas”, según la nota difundida tras el encuentro por la Oficina de Información Diplomática (OID).

El comunicado oficial utiliza el tiempo presente para asegurar que la agencia estadounidense de espionaje respeta la privacidad de los españoles; lo que permite dudar que siempre haya sido así; y agrega que la NSA respeta el “marco legal”, sin especificar si se trata del de España o el de EE UU. Fuentes diplomáticas aseguraron que se trata del español, aunque el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz, dijo el miércoles la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso que los agentes de EEUU se rigen por la ley de su país; que permite el rastreo masivo de comunicaciones.

El embajador aseguró al ministro que las actuaciones de las agencias de espionaje “se realizan en todo momento bajo un criterio de seguridad y lucha contra el terrorismo, en el marco de la colaboración” con los servicios secretos aliados. “En ningún caso”, enfatiza la nota, “estas actuaciones tienen unos objetivos comerciales”, como se ha denunciado en Francia o Brasil. Nada se dice, en cambio, del posible espionaje a dirigentes políticos.

Tras reconocer la “legítima” preocupación del Gobierno y de los ciudadanos españoles por la filtración de los documentos sustraídos por el exanalista Edward Snowden y lamentar “las tensiones que esto ha podido causar en la relación bilateral”, Costos recordó que el presidente Obama ha dado instrucciones para revisar las capacidades y actividades de las agencias de inteligencia estadounidenses, especialmente en los países aliados, y ha ordenado la desclasificación de numerosos documentos de la NSA.

Frente a la advertencia que hizo Margallo de que si el espionaje masivo se confirmaba podría quebrarse la relación de confianza entre Madrid y Washington, el comunicado concluye que las decisiones tomadas por Obama, la relación entre servicios de inteligencia y las medidas adoptadas a nivel europeo “afianzan la confianza que debe existir entre socios y aliados”.

Con este encuentro, el Gobierno espera que el escándalo de las escuchas desaparezca del escenario político y regrese al mundo subterráneo de los servicios secretos, de donde en su opinión nunca debió salir. Margallo tenía prisa en pasar página a este escándalo, ya que la semana próxima viaja a Florida y California con los Príncipes. Uno de los actos previstos es una recepción en la mansión californiana de Costos.

El Pais

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