El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha reaparecido esta mañana tras sus vacaciones de verano y en la primera reunión de Gobierno hizo balance de lo que está siendo la campaña de incendios. Feijóo se esforzó en recordar que se trata de un “balance provisional” pero explicó que el año está siendo “extraordinariamente positivo” en la lucha contra el fuego. Comparó los datos de lo que va de 2013 con la media de las últimas décadas y concluyó que en este ejercicio ardió un tercio de lo que venía siendo habitual en Galicia: 7.903 hectáreas desde enero hasta el pasado miércoles, frente a las 23.918 del promedio registrado por la Xunta en las últimos 20 años.
Aunque la lectura final la hará la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, en el Parlamento durante el próximo período de sesiones, el presidente aprovechó para felicitar a los servicios de extinción por su “eficiencia”. Y subrayó otro dato de los partes que maneja la Xunta: de los 1.906 fuegos desatados desde enero, 1.483 no pasaron de una hectárea. El porcentaje es similar al de otros años y Feijóo lo presentó como una prueba de que el dispositivo funciona, pese a las críticas que repiten algunos de sus profesionales sobre el recorte de medios o la supresión de determinadas brigadas.
De la superficie que ha sido pasto de las llamas: 5.000 hectáreas corresponden a monte raso y 3.000 a masa arbolada. El presidente volvió a señalar que la mayoría de incendios han sido intencionados e incluso animó a la policía, la guardia civil y el Ejercito a determinar quien prende los montes. “Sus servicios de información son muy importantes, tenemos que saber quién trata de quemarnos”, repitió en varias ocasiones. También insistió en una petiicón realizada al ministro de Justicia hace meses para que se endurezcan las penas a los incendiarios en futuras reformas del Código Penal. Tanto Feijóo como el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, vienen exigiendo que los condenados por incendio paguen el coste de la extinción y los daños ocasionados, una facultad que ya tienen los jueces ahora y que figura en algunas de sus sentencias.
Pese a que las investigaciones de los fuegos más importantes no ha terminado, Feijóo ha vuelto a aventurar: “Estamos ante indicios racionales de intencionalidad en los de mayor aparatosidad y superficie afectada”. Y citó los supuestos puntos de inicio que, según la Xunta, tuvieron los de Cualedro (donde ardieron 2.200 hectáreas) y Ribeira (que obligó a evacuar el polígono industrial). De ambos aseguró Feijóo que habían comenzado en distintos puntos. Una explicación similar a la que él mismo ofreció tras el fuego que arrasó en marzo de 2012 una parte del parque natural en As Fragas do Eume. Luego el trabajo de los técnicos (en el que participaron agentes forestales de la Xunta, policía autonómica y Guardia Civil) determinó que aquel incendio se inició en un único foco como consecuencia de una colilla.