España vive horas tranquilas en la Copa Confederaciones. Aunque en todo gran campeonato siempre existen cenicientas, lo de Tahití representa un caso extraordinario. El 6-1 que ls endosó Nigeria, sin haber superado todavía el jet lag, demuestra el paupérrimo nivel de este combinado amateur que conquistó el título de campeón de Oceanía porque Australia no lo juega desde el 2006 y Nueva Zelanda cayó sorprendentemente en semifinales. Por ello, Del Bosque medita reservar fuerzas en los titulares que maravillaron en su estreno ante Uruguay y dar minutos a los teóricos suplentes en el desequilibrado choque de este jueves en el legendario estadio Maracaná de Río de Janeiro.
Desde su entorno se ha trasladado la idea de que el seleccionador español planea cambiar incluso a todos jugadores en la segunda jornada, un hecho insólito en todo gran campeonato. Sí suele haber modificaciones en el tercer partido si un bloque ya está clasificado para la siguiente ronda de forma matemática, pero nunca a estas alturas. Por la debilidad del rival, mucho peor que ese combinado de Haití al que España debió golear en el reciente choque de preparación jugado en Miami, por garantizar la frescura de los titulares y por el factor psicológico que siempre maneja el técnico charro, la revolución parece obligada.
La principal duda del técnico estaría en el centro de la zaga, ya que Del Bosque solo convocó a tres centrales puros para la Copa Confederaciones. Por ello, en caso de querer cambiar a los once y dar descanso a Ramos y Piqué, tendría que retrasar la posición de Javi Martínez al eje de la zaga, donde sí jugó con Marcelo Bielsa en el Athletic pero no en este curso mágico en el que lo ha ganado todo con el Bayern de Múnich y Jupp Heynckes al frente del banquillo. Un técnico alemán, por cierto, del que el navarro habla maravillas como entrenador y, sobre todo, como persona.
Si se cumplen las previsiones, la selección española ante Tahití estaría formado por Víctor Valdés; Azpilicueta, Albiol, Javi Martínez, Monreal; Navas, Cazorla, Mata, Silva; Villa y Fernando Torres. Un grupo con el que ya querrían poder contar prácticamente cualquiera de los ocho combinados nacionales presentes en este torneo de campeones. En cambio, si Del Bosque decide mantener el dibujo de un solo medio centro, elegido desde la lesión de Xabi Alonso, uno de los centrales tendría que repetir.
El choque se presenta como una ocasión perfecta para los cuestionados delanteros. Para que David Villa aumente su distancia como máximo goleador de la historia de la selección española, tras firmar 53 tantos, y para que Fernando Torres se reivindique en el pulso que parece tener perdido con Roberto Soldado por ser el nueve para el partido de semifinales.
La selección vivía este martes su segunda jornada en Río, ciudad marcada por las manifestaciones de la población que protesta por los costes que originan el Mundial y la Copa Confederaciones y el alza de los precios. La toma de contacto de los españoles con el fútbol carioca se produjo a través del Vasco de Gama, ya que el primer entrenamiento lo celebró en el estadio Sao Januário, propiedad del histórico club fundado en 1898 por unos aficionados al remo. Por sus filas pasaron jugadores que tuvieron un periplo más o menos exitoso por España, como Bebeto, en el Deportivo, Donato, Roberto Dinamita, en el Barcelona, o Romario (Barcelona y Valencia).
El jueves, España se enfrentará a Tahití a las cuatro de la tarde, nueve de la noche hora peninsular española, en el imponente Maracaná de Río de Janeiro. Disputada la primera jornada del Grupo B, Nigeria lidera la clasificación por mejor diferencia de goles. Uruguay y Tahití, en este orden, cierran el grupo. Los dos primeros pasan a las semifinales de esta competición, cuya final tendrá lugar el 30 de junio, precisamente en el Maracaná.
Fonte: La voz de Galicia