Esther Ferrer (San Sebastián, 1937) ha obtenido hoy el Premio Velázquez de Artes Plásticas, que concede anualmente el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte al conjunto de la obra de un creador en el ámbito iberoamericano. El galardón, creado en 2002 y dotado con 100.000 euros, está considerado el Cervantes de las artes plásticas. El año pasado lo obtuvo el escultor español Jaume Plensa. En 2012 no se concedió.
El jurado del premio ha reconocido a Ferrer “por la coherencia y el rigor de su trabajo durante cinco décadas, en las que destaca como una artista interdisciplinar, centrada en la performance y conocida por sus propuestas conceptuales y radicales. Pionera del arte de acción en España, su obra ha sido objeto de un reconocimiento internacional destacado en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Tanto su trayectoria como su actividad reciente revelan a una artista comprometida con el devenir creativo y social contemporáneo. Ferrer ha sido siempre una defensora del arte como único espacio de libertad”.
La artista afincada en París ya obtuvo el Nacional de Artes Plásticas en 2009 y en febrero de este año recibió el Premio Mujeres en las Artes Visuales. A lo largo de su carrera ha expuesto en galerías y festivales de medio mundo. En 1999 fue uno de los dos artistas que representaron a España en la Bienal de Venecia. Considerada una pionera de la performance en España, la artista rechazaba esta etiqueta en una entrevista en febrero con este periódico: “Yo no me considero pionera de nada”. Y añadía: “La performance es un arte impuro, como un albergue español donde puedes meter lo que quieras. Yo no soy nada purista. Los puristas son los que nunca han hecho performance y hablan de la performance. Hacen clasificaciones y definiciones; es su trabajo y está muy bien como método pedagógico, pero si te lanzas al ruedo la realidad se impone”.