11
ago
2014

El trabajo, casi detectivesco, de un archivero de La Puebla de Cazalla, municipio de la campiña sevillana, ha arrojado luz sobre aspectos desconocidos de la biografía de Miguel de Cervantes. El hallazgo de cuatro documentos inéditos en distintos archivos aporta nuevos datos sobre su labor como recaudador de la Hacienda Real y apunta la posibilidad de que hubiese otra mujer en su vida.

El archivero en cuestión, José Cabello, se topó hace tres años por casualidad con un manuscrito del 5 de marzo de 1593 en el que Cervantes se acreditaba ante ese Ayuntamiento como comisario de abastos de la Armada Real por encargo del proveedor de la flota de Indias Cristóbal de Barros. La labor del novelista era recaudar trigo y cebada para abastecer a la flota de Felipe II. “El documento es importante porque acredita que Cervantes estuvo en La Puebla, algo que se desconocía hasta ahora, y lo relaciona por primera vez con Cristóbal de Barros, quien fue el armador que construyó los navíos que participaron en la batalla de Lepanto [en la que también luchó Cervantes], además de ser proveedor para los galeones de la Armada y la flota de la carrera de Indias”, comentó ayer el investigador, quien descubrió el primer manuscrito entre los miles de documentos de La Puebla entre 1543 a 1894 depositados en el Archivo del Distrito Notarial de Morón de la Frontera.

“Estos legajos se conservan gracias a que en el siglo XIX una orden obligó al Ayuntamiento de La Puebla a depositar todos los documentos notariales en Morón [como cabeza de partido]. Los archivos de La Puebla se quemaron durante la Guerra Civil. En 2002, para conmemorar el quinto centenario del otorgamiento de la carta a La Puebla de Cazalla por el conde de Ureña, se microfilmaron esos documentos y yo los he ido leyendo y clasificando durante los últimos años”, explicó Cabello, quien a partir de este papel comenzó a tirar de un hilo que le ha llevado a localizar otros tres legajos relacionados con el padre de la novela moderna, quien pasó 10 años en la provincia de Sevilla, de 1587 a 1597.

La relación del novelista con Cristóbal de Barros condujo a Cabello hasta el Archivo General de Indias, donde encontró un libramiento de Barros de noviembre de 1593 en el que ordenaba el pago de un salario de 19.200 maravedíes, “una cantidad bastante digna para la época”, apuntó el investigador, por 48 días de servicio como “comisario” de la Hacienda Real en varios municipios de la provincia de Sevilla. “También en el Archivo de Indias localicé otro documento en el que aclara que Cervantes realizó este servicio entre el 21 de febrero y el 28 de abril de 1593. Pero, en mi opinión, el hallazgo más interesante es el del Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla: un poder que Cervantes le otorga a Magdalena Enríquez para cobrar su salario. Esta mujer nunca había aparecido relacionada con el escritor. El documento es el único de los cuatro que está firmado por él”, afirma el archivero, que ha escrito dos artículos, pendientes de publicación, en los que recoge el trabajo de estos años.

El Pais

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