29
jan
2014

“Más bajo no podíamos caer. Ahora empieza la remontada”. El ministro Luis de Guindos lanzó este martes en Bruselas un mensaje positivo sobre la evolución de la economía española, que creará empleo y crecerá cerca del 1% este año, y minimizó los daños colaterales de la crisis en los emergentes. La última revisión del rescate financiero a España coincide, grosso modo, con esa panorámica general, si bien incide más en los desafíos. Donde Guindos sostiene que España “apenas tiene exposición a Argentina y otros emergentes”, Bruselas apunta que la recuperación “será frágil y sujeta a los riesgos externos: un cambio en las condiciones financieras internacionales y una desaceleración en los mercados emergentes, especialmente en América Latina, un área a la que las empresas españolas están particularmente expuestas”.

El tono general del informe, preparado en la primera quincena de diciembre, es muy positivo. España ha cumplido con creces las condiciones del rescate financiero. Ha hecho reformas. Empieza a mostrar signos alentadores en los tipos de interés de su deuda soberana, en las Bolsas, en la estabilización del mercado laboral, en ese incipiente crecimiento que empezó a despuntar en el primer trimestre del año pasado tras una larguísima recesión. Inmediatamente después, empiezan los peros. La recuperación, según el informe, “será moderada por el alto desempleo, el ajuste en los balances del sector financiero, las empresas y las familias, y las duras condiciones de financiación para las empresas”.

Entre los disgustos para el tono complaciente que viene empleando el Gobierno en todas y cada una de sus comparecencias sobre la evolución económica, sobre todo dos. Uno: la contracción del crédito fue mayor de lo esperado el año pasado, en especial para las empresas y las pymes, y sin crédito es poco probable una recuperación digna de ser llamada así; el último dato disponible es demoledor: crédito registró una caída interanual del 8,5% en noviembre. Además, los bancos no han trasladado a sus clientes la mejoría en sus condiciones de financiación. La salud de la banca, en general, ha mejorado, pero la Comisión afirma que el sector seguirá lastrado en los próximos meses por unos márgenes exiguos y la erosión de la calidad de los activos por la alta morosidad (que ya supera el 13%), el elevado desempleo (en el 26% y poco proclive a una bajada sustancial) y el pinchazo de la vivienda, que continuará en 2014.

Aún sale aire del reventón de la burbuja inmobiliaria. Y eso puede traer malas noticias adicionales para el bolsillo del contribuyente: los expertos de la Comisión advierten de que el banco malo (la Sareb) presentará pérdidas en 2013, en línea con lo esperado, y debe presentar un nuevo plan de negocio en febrero a la vista de que las ventas van peor de lo previsto. Las perspectivas de la Sareb, en la que el Estado controla menos de la mitad del capital pero está muy cerca del 50%, son preocupantes. “El escenario económico y las posibles caídas de precio futuras en el sector inmobiliario.

En el contexto de una incertidumbre significativa sobre la evolución del sector inmobiliario español, obligan a la prudencia”, según el informe. La Comisión destaca los “potenciales conflictos de interés” del banco malo con sus accionistas, y advierte que es de una “importancia crítica” que la institución tenga bajo el control toda la información sobre sus activos. “Las ventas han sido significativamente menores de lo esperado”, avisa la Comisión.

El Pais

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