08
jan
2014

Bruselas no tiene nada que decir sobre si Cataluña debe o no celebrar un referéndum de independencia. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, le trasladó anoche este mensaje por escrito al jefe del Ejecutivo catalán, Artur Mas. El texto, en respuesta a la carta que envió Mas pidiendo el apoyo a todos los líderes europeos para celebrar la consulta este año, subraya que esta cuestión debe discutirse en España y que la Comisión Europea “no tiene ninguna competencia para decidir si esto está bien o mal”, en palabras de un portavoz del Ejecutivo comunitario.

Precisamente, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha referido ante la cúpula de su partido a los apoyos del jefe de la Generalitat: “Mas tiene perdida la batalla internacional. Puede caer en el ridículo. Ha creado un problema y quiere que los demás se lo resolvamos”. En la misma reunión, el presidente del Gobierno ha descartado también la reforma constitucional que le pide la oposición: “Abrir un melón sin saber cómo se cierra es un mal procedimiento”. Además, el presidente de los populares ha anunciado que el PP va a tener mayor actividad en Cataluña.

La breve misiva de Barroso llega casi 20 días después de que el presidente de la Generalitat lanzara la suya a Barroso y a los primeros ministros de los Estados miembros de la Unión Europea para pedirles amparo en la consulta soberanista que pretende celebrar en noviembre. Con su respuesta, el líder de la Comisión rechaza ofrecer ese respaldo y se remite a las anteriores ocasiones en que distintos miembros del Ejecutivo comunitario han interpretado las consecuencias legales de este proceso: si Cataluña se independizara de España, saldría inmediatamente de la Unión Europea. “Tanto yo mismo como otros miembros de la Comisión lo hemos expresado en varias ocasiones”, puntualiza Barroso, sin mencionar directamente ese abandono del club comunitario.

En todo caso, Bruselas deja abierto el camino para discutir en un futuro cuál sería la nueva situación en caso de que la relación entre España y Cataluña cambie. Por el momento, considera que ese debate está ligado al engranaje constitucional español y la intervención de Bruselas no tiene cabida en ese escenario.

Barroso se ha tomado unos días para responder al intento de Artur Mas por forzar la implicación europea en el debate soberanista. Aunque la carta fue enviada el 20 de diciembre, la Comisión Europea no acusó recibo de ella hasta el pasado 4 de enero. Y la respuesta –en inglés, al igual que la carta de Mas- llegó ayer por la noche, según explica el portavoz comunitario.

La fría reacción del máximo responsable de la Comisión Europea se une a la falta de apoyo que Mas ha cosechado entre los principales líderes comunitarios a los que ha enviado la misiva. Representantes de los mandatarios de Alemania y Reino Unido aseguraron haberla recibido, pero juzgaron poco probable que obtuviera respuesta, ya que es una cuestión interna española.

La carta de Artur Mas constituye un intento de obtener respaldo internacional al deseo de realizar una consulta sobre la independencia en Cataluña. Pero ningún líder europeo quiere involucrarse en una cuestión tan delicada para España y que podría generar un enfrentamiento directo con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

El Pais

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