26
fev
2015

Manifestaciones en distintas capitales de España y hasta un centenar de localidades han cerrado este jueves las 48 horas de huelga de alumnos convocadas por el Sindicato de Estudiantes (SE), que han concluido con un llamamiento a nuevos paros el 24 de marzo en los que se ha pedido también la participación de los docentes. La protesta es contra de los grados de tres años, pero se ha extendido a la defensa de la universidad pública y contra los recortes en educación.

En Madrid, unas 3.000 personas, según estimaciones de EL PAÍS, han marchado entre Atocha y Sol contra el conocido como decreto 3+2, que permite acortar la duración de las carreras universitarias. El SE estima que se han reunido unos 40.000 participantes en la capital.

En la marcha se leían pancartas con lemas como Pagadnos las becas con vuestras tarjetas”, o Franco ha Werto. El ministerio defiende que esta reforma equipara a España con el grueso de los países europeos y que supondrá un ahorro a las familias de hasta “150 millones de euros”. Los convocantes consideran que será más caro estudiar porque los estudiantes deberán hacer másteres de dos años, cuyo coste dobla de media al de un curso de carrera. El secretario de IU, Alberto Garzón, ha acudido a solidarizarse con los estudiantes. “Volvemos a las manifestaciones de los años 70, a defender la educación para el hijo del obrero”, ha dicho. “Quiero que Mariano Rajoy explique qué estudiante puede pagar un máster de 8.000 euros”, ha añadido.

Han pedido la dimisión del ministro de Educación, José Ignacio Wert, y la retirada del decreto “en 24 horas”, según la secretaria del SE, Ana García. “Es la primera manifestación a la que vengo”, explicaba Teresa envuelta en una bandera republicana. La estudiante, de 15 años, es hija de un jardinero y una madre en paro y cree que no tendrá dinero suficiente “para pagar una carrera”. Colectivos como afectados por la Hepatitis C, por el cierre de la fábrica de Coca Cola de Fuenlabrada o los trabajadores despedidos de la Universidad Politécnica de Madrid se han sumado a la marcha, que ha terminado con altercados en la Puerta del Sol.

Al final de la marcha, un grupo de jóvenes radicales interrumpió la lectura del manifiesto en la Puerta del Sol. Uno de ellos, con el rostro tapado, encendió una bengala y algunos de los manifestantes se les echaron encima para apagarla. Hubo forcejeos y empujones e intervinieron los agentes antidisturbios, que se desplegaron por la plaza y las calles aledañas.

La participación en la huelga en Madrid ha sido muy desigual. En Ciencias de la Información, de la Complutense, ha tenido un seguimiento casi total. A una clase de primero, por ejemplo, acudieron por la mañana seis alumnos de 110. Pagan 1.700 euros de matrícula y aunque a ellos no les afecta la reforma, que aún no se ha puesto en marcha, protestan en solidaridad con las futuras generaciones. En Biológicas había algo más de movimiento. “Es que si no venimos a prácticas sin justificante médico suspendemos la asignatura, pero estamos a favor de la huelga”, se explicaban un pequeño grupo de primero. Abonan 2.000 euros en grado y aseguran que en el máster la cifra podría duplicarse el precio.

A diferencia de la Complutense, en la aledaña Escuela de Ingenieros Agrónomos el seguimiento era imperceptible. Las carreras técnicas no suelen secundar las protestas estudiantiles.

En Barcelona, miles de estudiantes han marchado por más de dos horas por el centro de la ciudad. La Guardia Urbana calcula unos 6.000 participantes, una cifra que duplican Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC), Sindicat d’Estudiants y AJEC, las entidades convocantes. Toda la protesta se ha realizado bajo un fuerte dispositivo policial. La manifestación ha terminado en el rectorado de la Universidad de Barcelona (UB), que un centenar de estudiantes ocupaba desde hace dos días. El único incidente se ha presentado al paso de la marcha por el edificio de la Bolsa de Barcelona, contra el que un grupo de estudiantes ha tirado huevos y pintura.

La jornada ha comenzado con piquetes en la Universitat Autònoma (UAB), donde un grupo de estudiantes han cortado los principales accesos por carretera al Campus de Bellaterra. También se instaló una barricada en la plaza Cívica del Campus que impide el acceso directo desde la estación de los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC) que ha sido desmontada después de las 10 de la mañana.

El seguimiento ha sido irregular en todos los centros. En la UAB solo cinco de las 16 facultades han tenido actividades académicas. En la UB solo se registró normalidad en las facultades de Medicina y Farmacia. En el campus de la Ciutadella de la Pompeu Fabra (UPF), que ha amanecido con grandes pancartas que denuncian “la mercantilización del conocimiento”, el seguimiento también ha sido considerable.

Durante la manifestación en Sevilla, que ha arrancado en la plaza de la Encarnación, estudiantes de secundaria y la universidad han confluido también en las protestas. “La huelga está secundada por todas las facultades de todas las universidades andaluzas, calculamos un 85 % de seguimiento”, ha estimado Fabricio Guido, presidente de la Coordinadora Andaluza de Representantes de los Estudiantes. La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía calcula el seguimiento de la huelga en las enseñanzas medias en la región en un 74 %. Fuentes de la Universidad de Granada y de Cádiz han asegurado que la incidencia de la huelga ha sido muy fuerte por lo que la actividad docente ha sido muy baja durante la mañana. “Tenemos la sensación de que la gente está bastante concienciada y movilizada. Hemos celebrado a primera hora una asamblea en la que hemos propuesto ciclos de debate y que los delegados de clase vayan vertebrando el discurso en los estudiantes”, ha declarado Alfonso Torres, secretario de comunicación del Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla, que ha lamentado que la universidad haya aprobado solo la convocatoria de huelga hasta las 15.00.

Un grupo de profesores del Sindicato Andaluz de Trabajadores de la Universidad Pablo de Olavide se han sumado a la iniciativa propuesta por los alumnos. “El modelo en sí es injusto, pero en el ámbito laboral puede suponer otro proceso de expulsión de compañeros. Se privatiza y se precariza la labor docente”, ha señalado Agustín Coca, profesor de la universidad.

En torno a 7.000 alumnos se han manifestado en Valencia, en la que ha sido una de las más nutridas manifestaciones estudiantiles de los tres últimos años, debido a que obedecía a una doble convocatoria. Por un lado, la Coordinadora Estudiantil de València, que aglutina a los principales sindicatos universitarios y encabezada el recorrido con el lema O els seus privilegis o la nostra dignitat. No al 3+2 y, por otro, el Sindicato de Estudiantes, con mayor implantación en los institutos de Secundaria.

En la mayoría de las universidades valencianas han actuado piquetes en los accesos a los campus desde primera hora de la mañana. Si bien los rectorados no han proporcionado datos de seguimiento de la jornada de huelga convocada, distintas fuentes han reconocido la disminución notoria de la actividad académica, aunque irregular según facultades y acentuada por el cierre de uno de la facultad de Geografía e Historia, de donde partía la manifestación, y de uno de los aularios del Campus del Tarongers, que con 14.000 alumnos es el mayor de la Universitat de València.

También permanecían cerrados los aparcamientos de este campus, donde un pequeño grupo de jóvenes ha hecho estallar botes de humo caseros, que han obligado a desalojar clases. Un guardia de seguridad que ha tenido que ser ingresado por un ataque de ansiedad, ha sido dado de alta a última hora de la mañana. La policía ha hecho algunas identificaciones posteriores entre los piquetes.

El Pais

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