10
set
2014

Emilio Botín, presidente del Banco Santander durante las últimas tres décadas, ha fallecido en Madrid a los 79 años a causa de un ataque al corazón. El consejo de administración de la entidad financiera está reunido para designar al nuevo presidente, según un comunicado enviado por el banco a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Su hija, Ana Botín, le sustituirá como presidenta tras ser elegida por unanimidad por el Consejo.

La nota del Santander que confirmaba el fallecimiento estaba fechada en Boadilla del Monte (Madrid) y fue difundida a las 8.45 (hora peninsular española). Los restos mortales del banquero están siendo trasladados a su ciudad natal, Santander, donde el sábado se celebrará el funeral, informaron en fuentes de la entidad. El acto se oficiará a las 16.30 en la Catedral santanderina, aunque el deseo de la familia era realizar la ceremonia religiosa en la parroquia de Santa Lucía, muy próxima a la sede del banco y de la Fundación Botín, pero ya estaba ocupada. Antes, este mismo jueves, Emilio Botín será enterrado en la “más estricta intimidad” por deseo expreso de la familia en el Panteón familiar en Puente San Miguel, también en Santander.

El banco, que ha agradecido las “innumerables” muestras de cariño y apoyo recibidas, también celebrará un funeral en Madrid, aunque informará de la fecha exacta “en los próximos días”.

La nueva presidenta del Santander será Ana Botín, de 53 años y hasta ahora consejera delegada de la filial británica. La comisión de nombramientos la propuso para el cargo y, por la tarde, el consejo de administración la ratificó como presidenta. Tras confirmarse la muerte de Botín, las acciones del grupo han llegado a retroceder un 1,8%, aunque luego han moderado el recorte y han acabado cediendo un 0,6% al cierre en un día en rojo para toda la Bolsa española.

Emilio Botín, nacido en 1934, era bisnieto, nieto, sobrino, hijo, hermano y padre de banqueros, aunque él insistía en añadir que era un banquero universal a secas. Entró en la entidad cuando tenía 24 años, en 1958, y no dejó de trabajar desde entonces. En 1960 se incorporó al consejo de administración y ascendió a la presidencia en 1986. En 2007, cambió los estatutos del banco para no jubilarse a los 72 años, tal y como preveía el reglamento de la entidad. Ha sido uno de los pocos gestores financieros que además de asumir la presidencia de la entidad, era su principal ejecutivo y máximo accionista, lo que revelaba su condición de hombre de acción.

Bajo su dirección, convirtió al Santander (la entidad es accionista de Prisa, el grupo editor de EL PAÍS, con el 5,38% del capital) en el mayor banco de la zona euro por capitalización bursátil. Fue capaz de crear a partir de un pequeño prestamista local el mayor banco de la eurozona. Para ello, llevó a cabo una política de compras muy agresiva. Dentro de esta expansión, adquirió Banesto, absorbió el Central Hispano y, fuera de España, se hizo con el Abbey, compra que en 2004 supuso la primera gran compra de una empresa española en el mercado británico, y el estadounidense Sovereign Bank. No obstante, ha sido en en Latinoamérica donde el banco había fijado su objetivo, sobre todo en Brasil.

En su currículo figuran también algunos asuntos con la justicia. Entre ellos, el juicio por las denominadas cesiones de crédito, instrumentos financieros opacos al fisco que el Santander ofrecía a sus clientes, y que le hizo subir las escaleras de la Audiencia Nacional. Recientemente también tuvo que regularizar cuentas en Suiza tras su aparición junto a cinco de sus hijos y de su hermano entre los 659 contribuyentes españoles que ocultaron más de 6.000 millones en la filial suiza del banco HSBC, el HSBC Private Bank. Ambos procesos fueron finalmente archivados.

El Pais

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