21
nov
2014

Cayetana Fitz-James Stuart y Silva ha muerto a los 88 años en el palacio de Dueñas, en Sevilla, la ciudad en la que vivió sus últimos años y en la que se casó por tercera vez, en el que fue su penúltimo acto de rebeldía. Catorce veces Grande de España, era la jefa de la Casa de Alba y una destacada figura de la vida social pero, por encima de todo, un personaje único e irrepetible que no dejaba a nadie indiferente. Nació en un palacio, el de Liria en Madrid, pero siempre le gustó pisar la calle y desafiar los convencionalismos. Lo hizo hasta el final de sus días. Fue una mujer de rompe y rasga. Murió este jueves rodeada de los suyos, en compañía de su marido, Alfonso Diez.

Lo primero que hicieron los Alba tras el fallecimiento fue comunicarlo a los Reyes, don Felipe y doña Letizia. La noticia de la muerte fue luego anunciada públicamente por el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, dado que este Ayuntamiento se va a encargar de la organización de parte de las pompas fúnebres. “Doña Cayetana siempre llevó a Sevilla en el corazón y por eso permanecerá para siempre en el corazón de Sevilla. Descanse en paz”, decía el regidor en un tuit.

El sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, confesor de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva y capellán de su familia, ha manifestado que la aristócrata ha muerto “ha muerto en paz, rodeada de todos sus hijos y acompañada del auxilio de Dios”. “Se ha ido apagando poco a poco. No ha sufrido”, ha añadido tras explicar que la aristócrata era consciente de que su tiempo se acababa cuando estaba ya en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)

La familia -los seis hijos de la duquesa; su actual marido, Alfonso Díez, además de sus nietos- estaba reunida en el Palacio de Dueñas, desde donde el cuerpo de la duquesa ya ha sido trasladado hacia la capilla ardiente, que ha quedado instalada en el salón Colón del Ayuntamiento hispalense, el espacio más amplio de la casa consistorial. El féretro, sobre el que ha sido colocado el escudo de la casa de Alba, fue introducido en el Ayuntamiento por los nietos y familiares de la duquesa. En el Ayuntamiento de Sevilla las banderas ondean a media asta y ha sido decretado un día de luto por su muerte.

El Pais

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