04
nov
2014

Si hace 50 años cuando llegó tarde a su primera entrevista-actuación en Madrid para el programa de Tomás Martín Blanco en la radio le hubieran dicho que esta mañana, más puntual iba a presentar un homenaje de lujo, con una esfera ecléctica de colegas reinventando sus eternas canciones, Joan Manuel Serrat hubiese torcido ese gesto de Séneca que se le pone a veces y hubiese contestado: “Ya te estás quedando conmigo”.

Es lo mismo que le soltó a un periodista cuando le propuso: ¿Para cuándo China? Por si no fuera poco toda América y parte de Europa, donde Serrat ha ido penetrando y consolidándose como el gran referente de la música popular que es y que prueba ahora esta Antología desordenada en la que de Calle 13 a Les Luthiers, de Paquita la del Barrio a Joaquín Sabina, de Mercedes Sosa a Miguel Ríos, entre más de 30 grupos e intérpretes le rinden homenaje.

De política le cuesta hablar. De sí mismo, menos. “No me escucho ni en el coche ni en casa. Si alguna vez, no muy a menudo, sale o salía alguna de mis canciones de la habitación de mis hijos, me llena de orgullo”. Fino, irónico, quiso dejar claro el cierto desprecio que sufren los artistas en España: “No creo que nos consideren menos que a los médicos, los maestros o los técnicos, insisto y quiero decir lo que digo, que no creo que nos consideren menos…”.

Nada que objetar a la decisión de Jordi Savall de rechazar el Premio Nacional de Música, que él tiene como intérprete popular: Tiene plena libertad para hacerlo y todo mi respeto”. En cuanto al affaire Pantoja, otra onda: “Ojalá le vaya bien personal y profesionalmente, pero todos debemos asumir nuestras responsabilidades”.

El Pais

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