10
set
2013

La presidenta Dilma Rousseff afirmó en un comunicado oficial divulgado este lunes (9), que “el gobierno brasileño está empeñado en obtener aclaraciones” por parte del gobierno norteamericano sobre las recientes denuncias de espionaje contra Petrobras, la petrolera estatal.

Un reportaje de la cadena de televisión Globo transmitido el domingo reveló que no solo la presidenta fue espiada por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), sino que también lo fue la empresa, la mayor petrolera del país.

“Así, si se confirmasen los hechos denunciados por la prensa, es evidente que el motivo de los intentos de violación de la privacidad y de espionaje no tienen que ver con seguridad o con el combate al terrorismo, y sí con intereses económicos y estratégicos”, afirmó la presidenta.

De acuerdo con documentos secretos obtenidos por el periodista americano Glenn Greenwald, gracias al extécnico de la NSA Edward Snowden, un curso interno para trabajadores de la agencia sobre como espiar “redes privadas de computadores” citó a Petrobras como uno de los “muchos objetivos” que “usan redes privadas”. Otros blancos citados fueron la diplomacia francesa y Google.

“Sin duda, Petrobras no representa una amenaza a la seguridad de cualquier país. Y sí representa uno de los mayores activos de petróleo del mundo y un patrimonio del pueblo brasileño”, dijo Rousseff.

Folha de São Paulo

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