08
nov
2013

Guido Mantega, ministro de Hacienda de Brasil, reconoció en una charla privada que el gobierno brasileño está viviendo “momentos difíciles” en el área fiscal y que este año el superávit primario (los ingresos del gobierno para pagar los intereses de la deuda) “no será el de nuestros sueños”.

La evaluación del ministro, que admitió que “este año está siendo difícil” para la economía, difiere de la difundida públicamente por el gobierno.

Mantega, no obstante, no está de acuerdo con evaluaciones alarmistas sobre el cuadro fiscal brasileño y comentó que, incluso siendo este un momento malo, el superávit primario será “suficiente para mantener la estabilidad de las cuentas públicas y de la economía”.

El sector público registró un déficit primario (recaudación del gobierno menos los gastos, excepto los intereses de la deuda) record en septiembre. En los nueve primeros meses de 2013, el superávit fue de solo 19.500 millones de dólares (1,28% del PBI), bien por debajo de la meta de 48.000 millones de dólares (2,3% del PBI).

A pesar de afirmar que el gobierno todavía persigue la meta del 2,3% del superávit primario, el ministro, reservadamente, señaló que no va a ser posible cumplirla por completo.
“Estamos empeñados en cumplir el máximo posible de la meta”, comentó a sus interlocutores, y resaltó que, mismo así, Brasil tendrá uno de los mayores superávit del mundo, suficiente para mantener la deuda pública bajo control.

Mantega dijo que Brasil no va a perder su grado de inversión -nota concedida por las agencias calificadoras de riesgo a las economías a las que considera con bajo riesgo de incumplir sus pagos-. Para el ministro, la evaluación de las agencias sobre la política fiscal va a mejorar el año que viene que, asegura, “va a ser mucho mejor”.

Según Mantega, su seguridad está depositada en acciones que serán tomadas en los próximos meses. A sus interlocutores, el ministro les reveló que el gobierno va a revertir, a lo largo del próximo año, las exoneraciones de impuestos para bienes durables , como vehículos y electrodomésticos.

Eso será posible porque el “apetito por el consumo está volviendo, de forma moderada”.

Mantega dijo que el gobierno todavía no definió cuál será su meta de superávit primario ajustada para el próximo año. En la propuesta de presupuesto es del 3,1% del PBI. Según el ministro, una meta mayor funciona como un desafío para todo el sector público.

Este año, el gobierno decidió ajustarla a 2,3%. Para el próximo, año de elecciones, el mercado trabaja con una meta de no más del 1,8%. El objetivo es considerado razonable por analistas, que critican lo que consideraban tentativas de esconder resultados negativos por medio del uso de maniobras contables.

Folha de São Paulo

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